El iPad, ¿la solución a la crisis de la prensa?

Los editores de periódicos y otras publicaciones impresas están buscando salidas para la crisis que los azota y que dura ya demasiado tiempo. En esta búsqueda, ensayan en Internet nuevas fórmulas y combinan distintos formatos y distintas formas de financiación.

El 27 de enero de 2010 se presentó en el mercado el iPad de Apple. En 2011 se superaron los 15 millones de usuarios de esta tableta y se espera que en el 2014 haya 115 millones de iPads en el mundo. Desde aquella fecha, muchos editores de periódicos y revistas, e incluso de emisoras de radio y cadenas de televisión, han visto en la tablet de la compañía de Jobs un universo de posibilidades para desarrollar un periodismo digital pagado, ya que las prestaciones del gadget de Apple permiten una perfecta combinación entre lo mejor del papel e internet: tradición e innovación juntos (Á. Fernández, 2011).

En este encuentro del iPad como solución a la crisis de la prensa conviven algunos productos editoriales adaptados al formato de esta tableta con otros diseñados en exclusiva para ella. Para muchos, el iPad supone un futuro esperanzador para un sector en crisis como es el periodístico. En este sentido, resulta revelador un artículo de Steve Myers (2010) donde recoge la opinión de cinco analistas de medios. Los optimistas coinciden en que es posible disfrutar del periodismo impreso en los dispositivos digitales emergentes (esto estaría facilitado por las ventajas de la utilización táctil del iPad, que le otorga una gan movilidad). Sin embargo, otros consideran que es necesario desarrollar aplicaciones concretas para medios concretos (se trataría de ofrecer productos que aprovechen las posibilidades de interactuar con la página y que tengan un diseño verdaderamente multimedia).

El gran potencial de las tabletas está en hacer que crezca el consumo de contenidos informativos durante el tiempo libre. Esto ayudará para que los periódicos incrementen la implicación y la complicidad del público durante sus ratos de ocio, lo que logrará establecer un nicho de mercado nuevo. Sin embargo, según Tino Fernández (2010), las compañías editoras no están aún preparadas para asumir este cambio tecnológico de crear un producto diferenciado. Según Fernández, el producto del iPad no puede ser una versión digital del producto impreso.

Un estudio de Elliott (2010) para Mashable concluye que las aplicaciones concretas desarrolladas para el iPad no aprovechan todas las potencialidades de esta tablet. En este sentido, Elliott subraya que la renovación del sector debe apuntar hacia un nuevo formato visual donde se aúnen la lectura reflexiva (propio de lo impreso) con la interactividad (propia de los medios online), pero que, además, debe tratarse de un producto diferenciado de lo impreso y las ediciones online, con contenidos específicos según los soportes (tablets, en este caso). Por eso Yuste (2010) advierte en ABC de que el iPad es sólo otra plataforma de distribución de textos, imágenes o vídeos, “pero no va a resolver la crisis económica que atraviesan los periódicos, pues Google seguirá siendo más eficiente en la venta de publicidad”. Según Yuste, la clave para garantizar el futuro del periodismo pasa por rentabilizar el contenido. En este sentido, los dispositivos, el canal de distribución, son una parte importante, pero no la respuesta.

En todo caso, si el iPad puede ofrecer una oportunidad para la prensa, habrá que saber cómo son los usuarios de estos dispositivos y qué contenidos demandan.

En este sentido, cabe resaltar la experiencia narrada en el blog Encajabaja.com: “Pero hoy ha sido distinto. Hoy he encendido la tele, casi mecánicamente, pero hoy no había saltos de esquí… Y hoy, día 1 de enero de 2012, sí hay periódico. EL MUNDO hoy publica un periódico en Orbyt, desmarcándose de la tradicional ausencia de periódicos el día de Año Nuevo. Los quioscos siguen cerrados, pero Orbyt no cierra ningún día del año. Y ayer, día 31, estuvimos en la redacción de EL MUNDO preparando con el mimo habitual el número de hoy. (…) Por lo pronto, yo hoy he vuelto a desayunar con mis abuelos, sentado con ellos en el brasero, con los pies calentitos… Y luego he leído mi periódico, el de hoy, de arriba a abajo en mi iPad” (Vidal, 2012).

Rupert Murdoch, magnate de la comunicación que dirige News Corp., puede servir de ejemplo para ver cómo debe ser este producto creativo y diferenciado. El pasado 2 de febrero de 2011 presentó en sociedad el primer diario diseñado exclusivamente para el iPad: ‘The Daily’.

Este nuevo periódico (www.thedaily.com), ha salido al mercado con un precio bajo que hace difícil que otras empresas puedan competir con él: 14 centavos al día, 99 a la semana ó 39,99$ al año. Según declaró el propio Murdoch, la clave de los contenidos diferenciados para el iPad están en la alta calidad; ésta es la única manera de conseguir que que los consumidores paguen por contenidos online. Combinando texto, fotografía, audio, vídeo, información interactiva táctil y datos en tiempo real que interesen a los usuarios es como ‘The Daily’ pretende poner los beneficios de la tecnología al servicio de la calidad de la narración. Y aquí creo que es donde está la clave de todo este artículo.

Como dice la profesora Elvira García, “la plataforma principal de comunicación de las empresas periodísticas del siglo XXI sigue siendo un soporte convencional (periódico, radio, revista o televisión), pero los medios exclusivamente digitales ganan terreno, como demuestra el lanzamiento de la versión española del blog The Huffington Post por El País” (García de Torres, 2012).

Las empresas periodísticas se enfrentan al reto de la producción para múltiples plataformas en un mercado fragmentado donde la publicidad es escasa y la noticia abundante. Es necesario, por tanto, aunar dos conceptos: contenidos creativos diferenciados de calidad y posibilidades digitales multimedia. De esta forma, el lector tendrá la sensación de leer su “antiguo” periódico en papel, pero con todas las ventajas de la nueva comunicación digital y los nuevos soportes aunando la lectura reflexiva propia de lo impreso con la dinámica interactiva del periodismo digital. Si el contenido no tiene la calidad suficiente, el lector no pagará por él.

Francisco Núñez-Romero Olmo

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